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Prostitución

Mujeres desnudas o vestidas, solas o acompañadas, de labios color carmesí, de mirada triste o sin mirada. Prostitución nos adentra en esos callejones marginados, los de fondos abstractos que podrían ser cualquier lugar, donde las dramáticas manchas de pintura nos hablan de soledad y abandono.

Como es costumbre en la obra de Jorge Rando, Prostitución no es condena ni denuncia. Es la representación de esa realidad esquiva, es una demanda de visibilización de una realidad que sigue relegada en el discurso político y social. 

A través de las vidas de estas mujeres, el pintor traza un relato de DIGNIDAD, la cual es entendida como parte fundamental de la esencia del ser humano; una condición inherente e inviolable de la persona. El pintor nos lanza una pregunta: ¿se puede despojar a una persona de su dignidad? La respuesta que nos ofrece es un rotundo NO. Por ello sus obras constituyen siempre una defensa a ultranza de la dignidad de aquellos que sufren la injusticia y la desigualdad.
Solo quiero dar un espacio a esas vidas Jorge Rando