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Expresionismo, Neoexpresionismo y Abstracción

El expresionismo fue un movimiento que rompió con el concepto que se tenía a finales del Siglo XIX sobre la pintura. Ya anteriormente los fovistas habían hecho del color el protagonista en sus creaciones.

Los expresionistas lograron que el color venciera a la forma, se deshicieron de todas las ataduras que aún podían encorsetar a la pintura y abrieron el camino que llega a la abstracción en esa búsqueda de la esencia en la pintura. Como ya he expuesto en algunas de mis reflexiones, la abstracción es un camino de ida y vuelta; por eso, mi opinión es que el “mote” neoexpresionismo abstracto no debía de existir, ya que, si la abstracción es una meta a la que se llega en el intento del artista en la búsqueda y síntesis de lo esencial en la pintura, una vez que se haya “cocido” todo en su interior y siempre, partiendo de una realidad…, es por lo que, repito, querer presentar el neoexpresionismo abstracto como un movimiento nuevo e independiente, que comienza y termina con el concepto de la abstracción, es equivocado y a la vez ha servido para que sea un refugio de muchos vividores del arte, que han cometido el gran sacrilegio del Siglo XXI.

No quiero terminar estos pensamientos y reflexiones, tan a propósito para este siglo en que está todo tan politizado (sobre todo en nuestra España), sin clamar que dejen de hacer política virtual y hagan política real. Yo exigiría a los que nos dirigen y representan, a los que hacen las leyes por las que nos regimos, que imiten el camino que durante los siglos ha seguido el arte, en la pintura, la escultura, la literatura, la música, en el cine, que siempre ha traspasado fronteras, ha buscado nuevas formas, ha explorado nuevos horizontes y ha unido a los pueblos en una causa común: la búsqueda de la belleza, destruyendo muros, y siempre de forma universal.

Por eso yo estoy convencido, y siempre lo proclamo así, que el alma de las ciudades es el arte, siendo el alma de las civilizaciones el amor. Y el gran Amor es el Creador, y nosotros los artistas, los “peones”, que tenemos que sembrar en el mundo la semilla del amor.

Jorge Rando, Hamburgo, septiembre 2010